RADIOGRAFÍA

Focus: Política
Fecha: 09/10/2015

El conductismo, una de las grandes escuelas de la Psicología contemporánea, nos ha enseñado que, por economía de esfuerzos, los sujetos tienden a elegir entre el repertorio de respuestas a cualquier estímulo, aquella que les resulta más cómoda (la huida del displacer que describía Freud). Con el tiempo esa respuesta queda fijada y se transforma en un hábito.

Cuando esa comodidad tiene que ver con valores, la fijación conductual tiene un componente emocional relevante. Este es el caso de las decisiones de naturaleza política.

Votar es una de ellas.

Tomemos como campo de reflexión los resultados de las últimas elecciones catalanas en Hospitalet del Llobregat, ciudad fronteriza con Barcelona, a la que urbanísticamente se halla pegada.

Hospitalet, segunda ciudad en población de Catalunya, tiene 253.000 habitantes, de los que 175.000 cuentan con derecho a voto. En esta ocasión lo han ejercido 120.000 (un 72,4% del censo). Políticamente la ciudad ha estado gobernada, desde el fin de la Dictadura, por la etiquetada como izquierda oficial (PSOE). Con un dominio de las rentas medias y bajas, se interpreta que este sesgo hacia la izquierda se ajusta al perfil sociológico de la población.

Pero la realidad no es tan simple. Veamos algunos datos.

En las elecciones autonómicas de noviembre del 2010, el PSOE obtuvo 27.700 votos, C&U 23.100, PP 15.800, ICV 7.800, Ciudadanos 4.400 y ERC 3.800. En el arco ideológico, la lectura de la población estaba muy sesgada. Para ellos la izquierda era el PSOE; mucho menos ICV y casi nada ERC. Es decir, una izquierda españolista, que se alimenta de los canales de televisión españoles y utiliza mayoritariamente el castellano como lengua de uso. La derecha españolista (PP + Ciudadanos) tuvo una buena representación (20.200 votos).

En las elecciones del 2012, se produjeron algunos cambios. Se incorporó la CUP (2.400 votos) y la derecha españolista se afianzó (19.500 del PP + 11.700 de Ciudadanos = 31.200). El PSOE apenas se movió (27.500). C&U bajó mucho (16.000), ERC creció (8.800) e ICV dobló sus resultados (14.400). El frente españolista (PSOE, PP y Ciudadanos) sumó 58.700 votos. El frente independentista no explicitado todavía (C&U, ERC, CUP) alcanzó 27.200 votos. ICV, como es habitual, no se definió. La ciudad disfrutaba con “la roja”.

Y ahora, los resultados siguen empujando en dirección a la España imperial. El PSOE se mantiene por tercera convocatoria en sus 27.400, pero es superado por Ciudadanos (28.200), que recoge parte de los votos del PP, que queda en 13.600. Globalmente el frente españolista suma 69.200. Y este gran bloque se fundamenta en que los votos totales han pasado del 66,1% del censo en el 2012 al 72,4% en el 2015. A su lado los independentistas quedan muy por debajo (Junts pel Sí 22.600 + 7.200 la CUP = 29.800). Catalunya SQEP (que mantiene la indefinición de ICV) respecto a Catalunya tiene 16.000 votos, 1.500 más de los que obtuvo ICV sola en el 2012.

Parece claro que Hospitalet del Llobregat vota primero en clave españolista y luego en clave de derechas.

La población ha comprado la visceralidad de Ciudadanos contra la independencia de Catalunya, y sigue próxima al franquismo sociológico representado por el PP. No debemos olvidar, en este sentido, el invento de las “casas regionales” que el Régimen potenció y financió para que los emigrantes mantuvieran la llama ficticia de su lugar de nacimiento y no se integraran en la sociedad que los había acogido. Después vino la Feria de Abril catalana y otros sucedáneos españolistas. Como remate, su fidelidad al PSOE de “Felipe”  y su rechazo a la Barcelona “burguesa” de C&U (rechazo bien alimentado por los sucesivos alcaldes socialistas) no ha hecho más que añadirse al tándem citado. Es una respuesta aprendida que se ha transformado en un hábito, y los hábitos son muy difíciles de romper. Sociológicamente, Hospitalet del Llobregat está más cerca de Córdoba que de su vecina Barcelona.

Como bien se ha puesto de manifiesto en Francia, hay que huir de los esquematismos. Las posiciones reaccionarias no son un privilegio de las rentas altas; son transversales y alcanzan a todas las capas de la población. Hospitalet  es un buen ejemplo.

Alf Duran Corner

 

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